Todos acordamos en otorgarle al 25 demayo el motede“cumpleañosdelapatria”.Sin embargo, más allá de los festejos, subsiste una gran polémica provocada por las diversas interpretaciones que se han dado a la hora de explicar el fenómeno.
La historia oficial -de puño mitrista e ideología liberal- nos habla de una revolución separatista, independentista, antihispánica, probritánica y realizada por la “gente decente” del vecindario porteño. En este registro fueron los soldados ingleses presos luego de las invasiones de 1806 y 1807 los que -alternando con los patricios- dejaron sembrada la semilla de la libertad. El único objetivo de la revolución era el comercio libre (con los ingleses). Por eso serán los diplomáticos ingleses (Lord Strangford y George Canning)los artífices de este proceso. A nivel local elprotagonista es, sin lugar a dudas, un Mariano Moreno liberal, atildado, presentado como un antecesor de Rivadavia y exaltado como abogado de varios comerciantes ingleses.
Este Mayo es la versión que sostienen los intelectuales del sistema pues a sus grandes tópicos (apertura al mercado mundial, alianza con los anglosajones, “civilización”, porteñismo, minorías ilustradas) recurrirán para explicar “el mejor camino” hacia el progreso de la Argentina. Esta es la historia de Billiken, aburrida, boba y al servicio de la clase dominante que solo nos brinda como versión de nuestro origen una explicación antipopular y colonizada.
Elrevisionismohistóricodederechavinculadoaunnacionalismooligárquicoyclerical comenzó-apartirdeladécadade1930-aimpugnarlafábuladelahistoriaoficialpero, lejosdeofrecerunavisiónsuperadorabasadaenhechosreales,soloseatrevióaofrecer unaperspectivareaccionariaenlacuallafiguracentraldejadeserelMorenoliberalde Mitre y pasa a ser el militar Saavedra, quien con gran astucia habría movilizado las tropas con él como comandante para sostener el proceso. La Patria nace, entonces, en esta perspectiva desde la entraña militar.
Ambas interpretaciones deben ser cuestionadas: la primera por ser una fábula impuesta por la clase dominante para fundamentar, con los hechos del pasado, la política de subordinación del presente. La segunda, por su claro perfil reaccionario.
Elementos que ponen encrisis la historia oficial:
Si la revolución es separatista¿Porqué los integrantes de la Junta juran fidelidad al rey deEspaña?¿Es posible una revolución antiespañola hecha en nombre deEspaña?·
¿Alguien puede creer hoy día en “la máscara de Fernando VII”? Es decir, la “genial” táctica de revolucionarse contra España en nombre del Rey para no ser reprimidos.
Digamos algo de los miembros de la Junta: Juan Larrea era española al igual que Domingo Matheu. Belgrano y Azcuénaga han pasado muchos años en España. ¿Qué hacían españoles integrando una revolución antiespañola? ¿Estaban locos o la revolución no era antiespañola?
French y Berutti no reparten escarapelas en los días de Mayo sino estampas con la efigie del rey FernandoVII.Si usaron la“máscara de Fernando”por la desfavorables ituación mundial de 1810, ¿Cómo se declara la independencia en 1816, en un contexto todavía más difícil?¿Dónde está el famoso antagonismo entre criollos y españoles si la mayoría de los hombres de Mayo eran hijos de españoles,muchos de ellos educados en España?
¿Hay una antagonismo nacional entre padres e hijos?
¿A qué vuelve San Martín en 1812? si era un hijo de españoles que regresa al Río de la Plata con 34 años habiéndose ido a los 7 y siendo un perfecto y entrenado soldado español hecho y derecho que de ninguna manera viene a luchar contra la nación donde ha pasado la mayor parte de su vida y por la que ha peleado.
Si realmente hubo “máscara de Fernando VII” ¿Cómo se explica que en la mayoría de los pronunciamientos revolucionarios en toda Latinoamérica haya declaraciones de lealtad a Fernando VII (Chile, Caracas e incluso, México y La Paz) ·
El objetivo no podía ser elcomerciol ibre pues el virrey Cisneros lo había implantadoel 6 de noviembre de 1809, ni tampoco puede ser una revolución porteñista ya que hay que mirar no la Patria Chica sino laPatria Grande Latinoamericana y ver el proceso en su conjunto (La Paz 1809, Chile 1810, Montevideo 1811).
Por: Maximiliano Molocznik.