El consumo de carne vacuna en Argentina atraviesa un desplome alarmante que no encuentra un piso. En los primeros meses de 2025, la ingesta per cápita registró una nueva caída histórica, marcando una tendencia que no solo no se revierte, sino que amenaza con profundizarse aún más en medio de la crisis económica.
Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), en febrero el consumo per cápita de carne vacuna cayó un 5,4% interanual, lo que representa 2,8 kilos menos por persona. Esta disminución se suma a una escalada de precios que erosiona el poder adquisitivo y agrava la retracción de la demanda interna.
Los datos son contundentes: el consumo anual por habitante descendió a 48,8 kilos, el nivel más bajo en décadas. Además, la comercialización de carne en el mercado interno durante el primer bimestre de 2025 alcanzó su mínimo histórico, según un relevamiento del Mercado Ganadero Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario.
El declive en el consumo se ve acompañado por una caída en la producción. En los dos primeros meses del año, la oferta de carne vacuna se redujo a 499 mil toneladas de res con hueso, lo que representa un descenso del 1,7% interanual, es decir, 8.500 toneladas menos que en el mismo período de 2024.
A esta crisis se suma la disminución de la demanda externa, con un impacto significativo en las exportaciones. Durante el primer bimestre, las ventas al exterior se desplomaron un 33,7% interanual, lo que equivale a 54 mil toneladas menos exportadas, en gran parte debido a la menor demanda desde China.
En el plano interno, la suba imparable de los precios de la carne no solo golpea el consumo, sino que también dificulta el débil y cuestionable proceso de desinflación que busca el Gobierno de Javier Milei. En febrero, la categoría “Carnes y derivados” del índice de precios aumentó un 7,6%, con incrementos de hasta el 13,6% en algunos cortes, profundizando la crisis del consumo.
Los cortes que más aumentaron entre enero y febrero fueron:
- Nalga: +13,6%
- Cuadril: +13,1%
- Paleta: +12,6%
- Carne picada común: +11,3%
- Asado: +9,9%
En contraste, el pollo entero solo aumentó un 0,4% en el mes, lo que ha llevado a un creciente reemplazo de la carne vacuna por esta alternativa más accesible.
El impacto de la suba de la carne se refleja en la inflación general de los alimentos. En febrero, el capítulo “Alimentos y bebidas no alcohólicas” registró un incremento del 3,2% con respecto a enero, alcanzando su mayor suba mensual desde julio de 2024. Otros rubros que también experimentaron fuertes aumentos fueron:
- Aceites, grasas y manteca: +3,3%
- Azúcar y golosinas: +2,1%
- Pan y cereales: +1,6%
- Lácteos y huevos: +0,9%
Mientras tanto, en el segmento de productos estacionales, las frutas aumentaron en promedio un 1,4%, mientras que las verduras mostraron una leve baja del 1,5%.
Con un consumo que sigue en caída y sin señales de recuperación, la carne vacuna se convierte cada vez más en un lujo inalcanzable para gran parte de la población, consolidando una crisis que parece lejos de tocar fondo.
Fuente: Primereando Las Noticias