A poco más de un mes del discurso misógino, racista y fascista del presidente Javier Milei en Davos, este sábado 8 de marzo, el 114° aniversario del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, será la oportunidad para que las mujeres y las diversidades vuelvan a salir a las calles.
Como ocurrió con la multitudinaria marcha antifascista del 1 de febrero, la movilización nucleará además a todos los diferentes sectores de la sociedad que vienen luchando por sus derechos y contra la avanzada de un gobierno negacionista de la violencia de género y promotor de los discursos de odio.
El 8M de este año llega en un contexto donde el Gobierno nacional desfinancia los programas vinculados a políticas de género y despide trabajadores, y donde en los primeros dos meses hubo un femicidio cada 27 horas en Argentina, mientras el Presidente y sus funcionarios buscan eliminar la figura de femicidio del Código Penal.
En ese marco, las principales ciudades serán escenario de lo que se espera que sea una masiva marcha, ya que el ataque a las políticas de género es el más profundo que se recuerde en la historia del país, así como también del desguace completo de programas y reparticiones públicas enfocadas a promover la igualdad y a acompañar a víctimas de violencia de género.
En Córdoba, la Asamblea Ni Una Menos convocó a concentrar a las 18 horas en la esquina de Colón y Cañada, en rechazo a “las políticas de ajuste, misóginas, transodiantes, lesbodiantes, xenófobas, racistas y fascistas del gobierno de Milei”.
Y también “contra las políticas de ajuste del gobierno provincial de Llaryora que quiere imponer, con la complicidad de las burocracias sindicales, un 1% de aumento para trabajadoras estatales y avanzar en la privatización de EPEC”.
Asimismo, la marcha del 8M coincide con dos juicios claves para el movimiento feminista, como lo son el juicio por Yamila Cuello, “desaparecida hace 16 años en redes de trata”, y por el femicidio de Catalina Gutiérrez, asesinada el 17 de julio de 2024 por un compañero de la Facultad de Arquitectura donde ambos asistían.
Fuente: La Nueva Mañana