Gabriel Katopodis volvió a arremeter contra la decisión de Javier Milei de paralizar las obras públicas nacionales y, puntualmente, las destinadas a mantener o construir rutas. El ministro de Infraestructura bonaerense hizo hincapié en el impuesto a los combustibles líquidos que, por ley, debe ser destinado en buena parte a cumplir una tarea crucial para la logística del campo y la industria nacional.
Lo planteado por Katopodis tiene su correlato en el último informe del Instituto Argentina Grande, el cuál grafica cómo durante 2024 lo devengado por la Dirección Nacional de Vialidad cayó un 72,2 por ciento comparado a 2023. Pero, en paralelo, la recaudación por el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) creció un 378,9 por ciento.
El dato comparativo no es azaraso. Cada vez que uno llena el tanque, casi un tercio de lo que se gasta son impuestos, y una parte de ellos tiene un destino específico para arreglar las rutas y hacer obras viales. El ministro de Infraestructura de la Provincia asegura que el dinero depende “de Milei y de Caputo” y que las obras “no se hacen”.
A nivel país, la recaudación de este impuesto a lo largo de 2024 significó para Caputo unos 2,5 billones de pesos. Si se toma sólo diciembre de 2024, al Gobierno nacional le ingresaron cerca de 450 mil millones que, según los propios datos oficiales, trajeron casi un 630 por ciento más de recaudación que en el mismo mes de 2023.
¿Cómo ves el estado de las rutas nacionales?
— Instituto Argentina Grande (@iargentinag) February 3, 2025
Si la respuesta es MAL guarda relación con que durante 2024 lo devengado por la Dirección Nacional de Vialidad cayó 72,2% comparado a 2023. Llamativo ya que la recaudación del impuesto a los combustibles creció comparado con dicho año pic.twitter.com/MtgWOkPNsN
Hay plata, pero no hay obras
Katopodis habla de “elefantes blancos” en clara referencia al abandono por parte de la Nación para su tarea vinculada al mantenimiento de las rutas nacionales y la construcción de nuevas. “Es grave porque se perdieron 100 mil puestos de trabajo en la construcción entre noviembre de 2023 y noviembre de 2024, y es grave porque los recursos los tienen”, subrayó el ministro y ex intendente de San Martín.
Esos recursos, provenientes del impuesto a los combustibles líquidos, tienen destinos específicos producto de dos leyes, la 23.966 y la 27.430. Según estas normas, se establece que el producido para el caso de las naftas, gasolina, solvente, aguarrás, gasoil diésel oil y kerosene van, en primera instancia, en un 10,4 por ciento al Tesoro Nacional y otro 10,4 a las provincias.
El restante 79,2 por ciento, tal como lo señaló el también ex Director General de Aduanas, Guillermo Michel, “le dan caja al Gobierno Nacional”. Por un lado, el 15,07 por ciento desemboca en el Fondo Nacional de la Vivienda y el 28,69 en el Sistema Único de Seguridad Social. Por otro, dos fideicomisos se nutren de partidas de este impuesto, ya que el 4,31 va al Fideicomiso de Infraestructura Hídrica y el 25,58 al de Infraestructura del Transporte. Por último, el 2,55 por ciento tiene como camino la Compensación al Transporte Público.
El dirigente que integra las filas del Frente Renovador que comanda Sergio Massa, advirtió la semana pasada que “no hay dudas que el gobierno eligió el impuesto a los combustibles para hacer caja, impuesto regresivo que afecta en mayor medida a los contribuyentes de menor poder adquisitivo”. Y atribuyó esta decisión de la Nación a que es muy bajo el porcentaje de los recaudado que tiene que repartir en las provincias.
Esta búsqueda de ahogar a las provincias por parte de Milei no es una novedad y Kicillof lo recuerda en cada ocasión que puede. En relación al ICL, uno de los últimos informes del Centro de Economía Política que dirige Hernán Letcher mostró que la falta de inversión nacional sigue ese camino.
El economista evidenció en sus redes que lo recaudado por Caputo por este impuesto en 2024 y que terminó en el Fideicomiso de Infraestructura de Transporte, ascendió a casi 620 mil millones de pesos, de los cuales el 50 por ciento corresponde a Vialidad Nacional para obras en la red vial nacional.
Ese monto, de alrededor de 309 mil millones de pesos, equivalen a 40 mil kilómetros de ruta. “Sin embargo, solo se transfirieron y ejecutaron 149 mil millones, menos de la mitad”, aseguró Letcher.
El titular de CEPA acompañó estos datos con las múltiples obras nacionales paralizadas en las provincias en materia vial. Muchas de ellas, con un porcentaje de obra superior al 80 por ciento. Tal es el caso de los trabajos en la Ruta Nacional N° 7 en Chivilcoy o la Autopista Presidente Perón, abandonada y carente de iluminación, lo que originó un serio ecosistema de delincuencia en el tercer cordón del conurbano cuando ya está finalizada en un 86 por ciento.
El gobierno decidió no hacer rutas ni mantener las existentes. Entonces, ¿dónde va la plata del impuesto a los combustibles?
— Hernán Letcher (@hernanletcher) January 13, 2025
El impuesto a los combustibles, compuesto por alícuotas y montos fijos actualizables con el precio del combustible, recaudó en 2024 un total de $2,5… pic.twitter.com/vigjmwyuZg
Fuente: Pagina 12