El Gobierno de Javier Milei aplicará desde febrero un nuevo recorte en los subsidios a las tarifas de electricidad y gas natural, afectando a 9,5 millones de hogares de ingresos medios y bajos. Esta medida se suma a un aumento en las boletas, que el próximo mes tendrán una suba del 1,5% en electricidad y del 1,6% en gas, encareciendo aún más el costo de vida para millones de argentinos.
Las resoluciones publicadas en el Boletín Oficial oficializan un ajuste en la bonificación que reciben los usuarios sobre el precio de la energía. A partir de ahora, los hogares de menores ingresos (Nivel 2) verán reducida su bonificación del 71,2% al 65%, mientras que los de ingresos medios (Nivel 3) la verán bajar del 55,94% al 50%. En el caso del gas natural, el recorte será del 55% al 50% para el Nivel 3, mientras que los de menores ingresos tendrán una leve mejora del 64% al 65%.
Este ajuste se enmarca dentro del plan del ministro de Economía, Luis Caputo, para reducir el gasto en subsidios y avanzar hacia el equilibrio fiscal aunque en la practica implica una transferencia fenomenal de recursos a las empresas, mientras que para los hogares que dependen de estas ayudas para afrontar sus facturas, el impacto será inmediato y se traducirá en una mayor presión sobre sus ingresos.
Los datos del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) indican que hasta diciembre 9,5 millones de usuarios de energía eléctrica recibían subsidios, de los cuales 6,3 millones pertenecen al Nivel 2 y 3,2 millones al Nivel 3. En el caso del gas, 5,3 millones de hogares accedían a la ayuda estatal, con 3,1 millones en el Nivel 2 y 2,2 millones en el Nivel 3.
Además del recorte en los subsidios, el Gobierno evalúa reducir el límite de consumo bonificado: actualmente, los usuarios de Nivel 2 tienen cubiertos hasta 350 kWh por mes y los de Nivel 3 hasta 250 kWh mensuales, pero podrían verse disminuidos en los próximos meses.
Mientras el Ejecutivo sostiene que estas medidas buscan frenar la inflación y sanear las cuentas públicas, la realidad es que millones de familias deberán afrontar boletas más caras en un contexto de creciente pérdida del poder adquisitivo. Con la economía aún golpeada por la recesión y la caída del consumo, el ajuste tarifario aparece como una nueva carga sobre los sectores más vulnerables.
Fuente: Ámbito