Este gasto aumentó 3% con respecto del mes anterior y 345% en comparación con el mismo mes de 2024, de acuerdo con un informe de Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA – Conicet).
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), una familia necesita nada menos que 144.700 pesos por mes solo para cubrir los servicios públicos. Un monto que crece sin freno y que pone en jaque la economía de millones de hogares.
Porque claro, ¿quién necesita un sueldo digno cuando puede destinar una parte cada vez más grande de sus ingresos a pagar tarifas “razonables” que aumentan mes tras mes?
En enero de 2025, el costo total de la canasta de servicios básicos (energía eléctrica, gas, transporte y agua potable) se disparó un 345% en comparación con el mismo mes de 2024. Un incremento sin precedentes que, lejos de mejorar la calidad de vida, profundiza el ajuste sobre la mayoría de la población.
Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA – Conicet), el desglose de los aumentos muestra cifras alarmantes:
- Energía eléctrica: +270%
- Gas: +559%
- Transporte: +385%
¿Casualidad? Difícil. Lo cierto es que los aumentos recaen con mayor peso sobre los sectores de menores ingresos, a los que ni siquiera se menciona en las políticas oficiales.
Salarios que no acompañan y un esfuerzo cada vez mayor para llegar a fin de mes
Para ponerlo en perspectiva, estos servicios básicos representan el 11,7% de un salario promedio, estimado en 1.238.608 pesos. La diferencia es que, mientras los servicios no paran de subir, los salarios corren muy por detrás, sin ningún ajuste proporcional que alivie el impacto de la inflación.
El transporte, por su parte, se lleva la mayor tajada del gasto en servicios, representando un 39% del total. Como si moverse dentro de la ciudad fuera un privilegio y no una necesidad diaria para millones de trabajadores.
Un Estado que se “desentiende” de los más vulnerables
A pesar de la creciente presión sobre los bolsillos de la población, el Estado sigue reduciendo su participación en el sostenimiento de los servicios públicos. Actualmente, cubre apenas el 47% del costo, dejando que la mayor parte del impacto recaiga sobre los usuarios.
Mientras tanto, la capacidad adquisitiva de los argentinos sigue cayendo a un ritmo alarmante, y el acceso a lo más básico—luz, gas, transporte—se convierte en un desafío diario. El costo de vida no deja de subir, pero la única variable que parece no ajustarse en la misma dirección es el salario.
Fuente: Primereando Las Noticias