Estamos asistiendo a una explosión de violencia desorganizada que nos muestran diariamente los medios de comunicación. Violentas peleas callejeras por un celular o una mochila arrebatada a una mujer o a un niño. Violentas peleas por el control del espacio público como ha ocurrido en la ciudad de Mar del Plata donde se enfrentan cuidacoches con personal municipal. Violentas muertes por cuestiones nimias como el volumen alto de música en la madrugada, el reclamo de una deuda o el pedido de devolución de una caña de pescar.
Esta violencia desorganizada está incentivada por los dislates de un orate que ocupa un lugar para el que no está preparado, con su inconsistente discurso libertario que pareciera autorizar a que cada persona haga lo que se le antoje en tanto no se interponga con su proyecto entreguista. Dislates peligrosos como sus amenazas de persecución a los “zurdos hijos de puta” que por ahora no pasan de las palabras altisonantes ya que sus seguidores en general corren por temor y no por bravura. Amenazas a quien se anime a cuestionar a su “amigo” Elon Musk. Y no se detiene en amenazas locales sino que en Davos pronuncia un discurso en extremo agresivo en contra de lo que se ha denominado la agenda Woke.
Esta violencia, más de manera consciente que inconsciente, está siendo utilizada como distracción de otros hechos tanto o más graves para la soberanía de nuestra Nación. Ha trascendido, aunque no de manera tan publicitada, la intención de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Es un hecho conocido, incluso dado a conocer en publicaciones oficiales, que Argentina se encuentra entre los principales países productores de litio, aunque con un procesamiento pobre. A su vez Estados Unidos es un importante exportador de carbonato de litio aunque con escasa producción de la materia prima a pesar de sus importantes reservas. Esta coincidencia permite suponer que, RIGI mediante, Estados Unidos se interese en controlar la producción de litio en el triángulo del litio (como se denomina a la región que abarca a Chile, Bolivia y Argentina) no sólo para facilitar su propio abastecimiento sino que también para obstaculizar el acceso al mineral de China.
Cabe agregar que también existen depósitos de tierras raras, material de interés para la producción de semiconductores. China controla el mercado de estos materiales lo que es motivo de preocupación para la nueva administración encabezada por Donald Trump.
Es importante que el movimiento nacional, sin desentenderse de la defensa de los derechos de las minorías, ponga atención y enfrente la entrega de los recursos del país. No hacerlo será traicionar su carácter de popular y sucumbir a la crisis casi terminal que enfrenta. No es hora de personalismos y mezquindades sino de convocatorias amplias, sin caer en la vana ilusión de que los adversarios de ayer pueden ser nuestros aliados en la lucha. El movimiento nacional debe confiar en sus fuerzas y reunir a todos los que haya herido en las luchas intestinas. El destino de nuestra Nación está frente a un peligro inmenso.
Miguel Ré
Por Perspectivas desde el Sur