El Gobierno Nacional, bajo el argumento de una supuesta “recuperación salarial”, implementó un reajuste del 11,78% en las escalas del Impuesto a las Ganancias, incorporando a miles de trabajadores y autónomos al régimen tributario. Esta medida, que comienza a regir en enero de 2025, establece un mínimo imponible que se actualiza por debajo del aumento real de los salarios, lo que incrementa significativamente la cantidad de personas afectadas por este gravamen.
Nuevos límites y más contribuyentes
El piso mínimo para tributar quedó fijado en $2.280.700 brutos (equivalente a $1.892.937 netos), mientras que para quienes deduzcan cónyuge y dos hijos menores de 18 años, este se eleva a $3.024.494 brutos ($2.516.337 netos). Para los trabajadores autónomos, los ingresos mensuales promedio que obligan a tributar oscilarán entre $1.468.658 y $1.631.843 según la categoría.
Estas cifras, lejos de aliviar la carga fiscal, ampliarán el universo de contribuyentes, afectando principalmente a los trabajadores de ingresos medios. Según expertos, el ajuste basado exclusivamente en el IPC desconoce el impacto real de la inflación y las particularidades económicas de los distintos sectores.
Consecuencias económicas y presión fiscal
El economista Daniel Garro advirtió sobre las implicancias de esta medida: “Más contribuyentes bajo Ganancias significa menos dinero disponible para el consumo y más ingresos para el Estado, lo que podría desacelerar la economía en un contexto ya complicado”. Además, señaló que el mecanismo de actualización semestral genera un efecto regresivo, afectando mayormente a los sectores medios mientras que los ingresos más altos permanecen protegidos.
Por su parte, Juan Luis Bour, de FIEL, destacó que la medida refleja un modelo tributario que prioriza la recaudación por sobre el bienestar de los contribuyentes. “Este sistema no considera el deterioro del poder adquisitivo ni los efectos acumulativos de la inflación. Se trata de un ajuste que, lejos de dar alivio, agrava la presión sobre los ingresos reales”, aseguró.
Promesas incumplidas
Bajo el gobierno de Javier Milei, quien prometió un alivio económico y un sistema tributario más equitativo, esta ampliación del Impuesto a las Ganancias contradice los compromisos asumidos. Mientras el discurso oficial habla de justicia fiscal, la realidad muestra cómo el peso de la carga tributaria recae principalmente en los trabajadores, dejando intactas las grandes fortunas.
El esquema actual perpetúa una distribución desigual del esfuerzo económico, erosionando el poder adquisitivo y el consumo interno. A medida que más personas son alcanzadas por el impuesto, se profundiza la desconexión entre las políticas fiscales y las necesidades reales de los contribuyentes, consolidando un modelo que prioriza la recaudación por sobre la equidad.
Fuente: Primereando Las Noticias