El fin de 2024 y el comienzo de este 2025 se caracterizan por la crueldad. El Gobierno Nacional de Javier Milei sigue pasando la motosierra sobre los derechos de las personas más vulnerables de la sociedad mientras la casta sonríe.
Podríamos decir que ahora la motosierra les tocó a trabajadores de distintos ministerios pero sería inexacto. Porque las tareas que desempeñaban esas personas eran fundamentales para la Cultura, la Memoria, los Derechos Humanos y la Justicia. Porque, por ejemplo, Barbara Corte se quedó sin trabajo pero son miles de personas las que con los cierres de los CAJ (Centros de Acceso a la Justicia) pueden quedarse sin jubilación o sin pensión o que les costará muchísimo más realizar una denuncia por abuso o por acoso.
“Hoy me echaron”, contó Barbara en una publicación en el muro de su cuenta de Facebook”. ¿Motivos? Ninguno, solo crueldad. “No le temo a ninguna prueba, ni auditoría. Aún la estoy esperando, pero nada. El CAJ que abrimos, no pagaba alquiler, para ir a los barrios más vulnerados no había viáticos, seguridad, ni nada. Sí, percibiamos un sueldo. Muy buenos profesionales, acercando soluciones psicosociales y legales. Armando politicas publicas de atencion, derivaciones asistidas, descompromir oficinas, traduccion de lenguajes institucionales inentendibles para sujetos que atraviesan dolores/injusticias, evitar la litigiosidad”, contó la trabajadora social cómo desempeñaba su trabajo.
“Puedo seguir enumerando profesionalmente los logros o nuestras capacidades o simplemente ir a las personas, familias, con las que trabajamos y ver que tienen el primer DNI de su vida a los 52, lograron hacer una denuncia y seguimiento por abuso sexual, salieron de la violencia de genero, accederon a una jubilacion o pensión”, agregó Barbara. Detrás de cada trabajador que se despide, hay individuos que pierden derechos.
Barbara siguió trabajando hasta el último día y para quienes cerraron los CAJ su mensaje es la frase de WOS: ¡Que se mejoren!
Fuente: Infonews