En una polémica declaración que encendió el debate, el vocero presidencial Manuel Adorni quien no supo explicar su fenomenal aumento patrimonial, sostuvo que “conceptualmente, el salario mínimo es un error porque hay personas dispuestas a trabajar por menos”. Estas palabras no solo desatan el repudio generalizado, sino que también confirman el rumbo del modelo económico que el gobierno libertario busca instalar: uno que tolera y fomenta la precarización laboral, perpetuando salarios indignos que rozan la servidumbre, mientras un puñado de sectores económicos concentra riquezas desmesuradas.
El salario más bajo en dos décadas
El gobierno decretó un incremento del 9,3% para el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) desde noviembre hasta marzo de 2025, alcanzando un monto de $296.832. Este valor representa apenas el 60,9% de la Canasta Básica Alimentaria, condenando a miles de trabajadores y trabajadoras a la indigencia. En términos reales, el SMVM sufrió una caída del 17,8% respecto a diciembre de 2023 y un 39% en comparación con 2019, marcando un piso histórico en poder adquisitivo.
Según un informe del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, el salario mínimo ha perdido un 58% de su capacidad para cubrir alimentos básicos en menos de una década. Mientras que en 2017 un salario mínimo alcanzaba para 411 litros de leche, hoy apenas cubre 190.
La servidumbre disfrazada de “razonabilidad”
A pesar de estos números alarmantes, Adorni insistió en que el salario mínimo actual es “razonable” y que su mejora en términos de dólares valida las decisiones del gobierno. Sin embargo, al ignorar comparativas de poder adquisitivo y la realidad de los costos básicos, el discurso oficial se aleja cada vez más de las necesidades reales de la población.
Repercusiones sindicales y denuncias de complicidad
La CGT y las dos CTA criticaron duramente la resolución oficial, calificándola como un acto de complicidad con los empresarios para derrumbar los salarios. “El gobierno nacional lauda siempre a favor de intereses empresariales y en contra de las y los trabajadores”, señaló la CGT en un comunicado, mientras que las CTA acusaron al ejecutivo de utilizar al Consejo del Salario como una herramienta para legitimar políticas regresivas.
Un modelo que favorece la concentración de la riqueza
El deterioro del salario mínimo es solo una pieza más en el esquema del gobierno libertario, que se traduce en una transferencia de recursos desde la base de la pirámide hacia los sectores más concentrados. Este modelo económico, en palabras de Luis Campos, de la CTA Autónoma, “destruye el piso salarial de los trabajadores de menores ingresos” y perpetúa un sistema en el que unos pocos acumulan a costa del empobrecimiento generalizado.
