Pedro Peretti arranca la charla con un planteo fuerte, desafiante. “No se puede gobernar este país sin una política agropecuaria, y Argentina padece de ausencia de debate agropecuario; el campo nacional y popular usa las herramientas teóricas de la derecha para medir la actividad agropecuaria. Es un grave error. El peronismo está infectado de neoliberalismo en el ánalisis del sector agropecuario”. Sin pausas, el ex dirigente de la Federación Agraria dispara las definiciones, una tras otra, ya desde el arranque de la entrevista.
Acaba de publicar “El campo popular – 45 propuestas agrarias para el bien común”, un libro que busca romper con esa ausencia de debate sobre el modelo agropecuario, que presentará este martes 3 acompañado de Wado De Pedro y Juan Grabois, quienes dialogarán con el autor.
El texto, prologado por Cristina F. de Kirchner, dedica una primera parte a describir el estado de situación y aportar ideas para un debate pendiente; una segunda parte expone varias de las columnas de opinión publicadas entre 2020 y 2024 en Página 12. Y cierra con la enunciación y explicación de 45 propuestas “para un debate de una nueva política agropecuaria”.
– ¿Por qué creés que le cuesta tanto al movimiento popular integrar al sector agropecuario?
Es un problema político, centralmente. En el libro está planteado desde el arranque: el campo nacional y popular se desentendió completamente del tema. La derecha lo secuestró, lo hizo propio y el peronismo terminó comprando las recetas provistas por la derecha agraria, casi a libro cerrado. El peronismo prácticamente ignoró lo que habían significado Horacio Giberti en los 70, en el último gobierno de Juan Domingo Perón, junto a (José Ber) Gelbard (ministro de Economía entre 1973 y 1974) proponiendo una transformación fundamental del modelo agrario, con base en dos proyectos: Ley Agraria y el de la Renta Normal y Potencial de la Tierra.
Hubo honrosas excepciones: cuando Cristina (Fernandez de Kirchner) puso a Julián Domínguez de ministro de Agricultura, ahí reconozco que se intentó tener una política nacional con el campo. Con Julián y luego con (Carlos) Casamiquela. Pero fuera de esa franja de tiempo, el movimiento nacional y popular le regaló a la derecha el monopolio de la opinión rural.
– ¿En la crisis de 2008 por la suba de retenciones a las exportaciones, no hubo un debate sobre el modelo agropecuario?
La verdad es que no. Todo giró en tornó a la presión fiscal, las “políticas confiscatorias” del Estado, pero no se dijo ni una palabra sobre el modelo de producción de alimentos, la concentración monopólica, los puertos privados. Fue un inmenso conflicto político agrario que demostró que la sociedad, en general, y la clase política de los sectores populares, en particular, no tenían la mínima idea de lo que pasaba dentro de la actividad agropecuaria. La derecha agraria, sin un pelo de zonza, aprovechó para inocular en la sociedad un sentido común contrario al interés de los sectores populares. Ganó una enorme batalla cultural: logró que el modelo de monocultivo sojero, con concentración de tierra y rentas, sea percibido como el único y más virtuoso camino en materia de desarrollo rural.
Fuente: Pagina12