UN EXTRAÑO SE COLÓ EN VACA MUERTA 

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La aparición de la empresa de capitales argentinos Pluspetrol erigiéndose en ganadora de la licitación por los activos de Exxon Mobil en Vaca Muerta representó un golpe de escena en la actividad petrolera. Fue una noticia inesperada para el sector privado, cuando ya se daba por descontado que la puja se resolvería entre la oferta encabezada por Pan American Energy-BP, y la controlada por Tecpetrol (con acompañamiento de Vista Energy). Y también para el gobierno, ya que en el nuevo reparto de fuerzas, obligará a las autoridades a aceptar a Pluspetrol (perteneciente a las familias Rey y Poli, como desde su fundación hace ya 48 años) como interlocutor sentado a la mesa de negociaciones. 

Como parte de un cambio de estrategia global, Exxon Mobil resolvió reorientar sus inversiones en explotación petrolera (Guyana, Colombia y México), cediendo sus áreas en Vaca Muerta. Bajo el sistema de licitación privada, invitó a ofertar por sus áreas entre las que se encontraba Pluspetrol, que «corriendo sola» (sin asociarse a otras compañías) no parecía tener ninguna chance. Pero no sólo superó la pretensión de mínima que reclamaba Exxon (1200 millones de dólares), sino que la superó en más de un 25 por ciento (las especulaciones oscilan entre un pago de 1500 a 1700 millones de dólares). 

Tras esta operación, Pluspetrol salta al segundo puesto por monto de inversiones en Vaca Muerta, sólo por detrás de YPF. Desde 2013, el ranking publicado una semana atrás por el portal Energy Report señala que YPF suma inversiones por 26.400 millones de dólares y Pluspetrol, que hasta ahora acumulaba 2300 millones, llegaría a cerca de 4000 millones. Por detrás de ella quedarían Vista Energy (sumando las inversiones anunciadas para 2025 llegaría a los 3000 millones), PAE, Total Energy, Shell, Tecpetrol y Pampa Energy, en ese orden. Todos por encima de los 1000 millones de dólares acumulados. 

Haciendo caja

Si la duda es cómo logra esta empresa familiar alcanzar el podio de los mayores inversores en el foco de negocios más importantes del país, una respuesta a mano es recordar el extraordinario negocio que hizo la petrolera de las familias Rey y Poli hace apenas dos años, pero no con los hidrocarburos. 

Pluspetrol ya estaba incursionando en el negocio del litio con su participación en diversas áreas de producción en Salta y Jujuy, a través de su empresa Lítica Resources, cuando en 2019 confirmó la adquisición de la compañía minera canadiense LSC Lithium Corporation por 83,6 millones de dólares. Entre los activos de la minera canadiense, se destacaban los proyectos de los salares Pozuelos – Pastos Grandes y Río Grande en la provincia de Salta y en el salar Salinas Grandes, ubicado en las provincias de Salta y Jujuy, con alto potencial de producción.

Pero lo más notable es que, apenas tres años después, en 2022, Lítica Resources anunciaba el traspaso de su proyecto de litio Pozuelos-Pastos Grandes, en la provincia de Salta, a la compañía china Ganfeng Lithium, en una operación acordada en US$ 960 millones. Es decir, 12 veces el valor que había pagado por su compra en 2019.

Ganfeng se posicionaba, con esa operación, como uno de los jugadores clave en Argentina en el negocio del litio, ya que previamente venía desarrollando los proyectos Caucharí-Olaroz en Jujuy y Mariana en Salta. De allí se explica, quizás, su interés en pagar un precio que quizás superaba otras valuaciones de mercado para esos activos. 

De todos modos, el sentido de la oportunidad de los dueños de Pluspetrol y Lítica tuvo se adjudicó una nueva cucarda cuando en los dos años siguientes (desde entonces hasta hoy), el precio internacional del litio observara una violenta caída. 

Los orígenes
Luis Rey, el fundador de Pluspetrol, falleció en 2005. Había creado su primera empresa, Ingeniería Tauro, junto a un ex compañero de estudios y militancia (en La Línea Recta, de la facultad de Ingeniería), Héctor Pedro Poli. Prestaban servicios para YPF, con la cual se involucraron con la actividad petrolera. Cuando YPF, ya después de 1976, comenzó a ceder áreas «maduras» (con rendimiento decreciente) para la recuperación secundaria de pozos, varias firmas medianas locales se anotaron para probar suerte. Una de ellas fue Pluspetrol, que había sido creada a esos fines en 1976.

Comenzó sus operaciones en el yacimiento Centenario (Neuquén) en 1977, exploraciones en el área Ramos (Salta) en 1978 y ya a partir de 1979 incursionó en asociaciones y contratos en Colombia, Bolivia y Perú. Fue en este último país donde logró un salto importante en sus negocios, formando parte del consorcio a cargo del yacimiento Camisea, en plena selva peruana, en el que participó no sólo como productor sino además asociado a la construcción del gasoducto que llevó el fluido hasta Lima, y luego a través del puerto de Pisco como gas licuado a Estados Unidos. En tanto, se quedó con el negocio del transporte y la distribución del gas en la capital peruana, que a partir de estos proeyctos desarrolló el gas para su uso residencial, en la industria y el transporte.

«Pluspetrol tiene su origen en un modelo de desarrollo de la industria petrolera que YPF impulsó hasta los 70, que era ir creando pequeñas empresas petroleras complementarias en torno a la petrolera estatal grande», recuerda un experimentado directivo del sector. «El modelo actual está basado en la participación exclusiva de grandes empresas en el negocio, con tamaños de inversiones inaccesibles para una empresa menor», completó su análisis. Lo notable, destaca la misma fuente, es que Pluspetrol haya nacido en un modelo y hoy esté alcanzando un lugar relevante en este otro modelo. 

La consulta con otro especialista en el tema, también activo participante en distintas etapas de la historia, obtuvo la siguiente respuesta: «Pluspetrol logró este lugar, fundamentalmente, porque la decisión la toma una empresa extranjera como Exxon, a mucha distancia de Argentina y sin la participación de ningún actor local».

«Fracasaron todos los intentos de lobby en favor de otras empresas, con mucho más peso político localmente, e inclusive a nivel internacional», agregó. Exxon Mobil se inclinó por la mejor oferta, simplemente, y tuvo el aval de Qatar Energy, que seguirá como socia minoritaria de Pluspetrol. «El peso de las empresas que controlan el negocio y la política del sector, porque dominan además la Secretaría de Energía, no pudieron evitar que se les colara un extraño a ese núcleo de poder», concluyó.

Fuente: Motor Economico

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