El fútbol argentino es una mina de oro. Todos los días, los clubes reclutan diamantes en bruto que son potenciales estrellas. Esto se debe a la cultura y el porte del jugador argentino, donde cada vez más chicos asisten con el fin de llegar a Primera División. Sin embargo, la carrera de todo jugador también depende de otros factores, como el estado físico y las decisiones de terceros.
Por más futuro que se tenga, si el físico no acompaña, es posible que la carrera se termine de repente. Esto sucedió con Franco Razzotti, quien salió de las inferiores de Vélez, donde se coronó campeón, y luego tuvo pasos por México y Europa. No obstante, la trayectoria de este talentoso jugador se vio interrumpida debido al desgaste y las lesiones.
Franco Razzotti y su paso por el fútbol
Razzotti, nacido en Buenos Aires en 1985, se destacó en las inferiores de Vélez Sarsfield, donde pronto se convirtió en un talentoso volante central. Su debut en la Primera División fue en 2005, pero fue bajo la dirección de Ricardo Gareca, en 2009, cuando se consolidó en el mediocampo del equipo.
Ese mismo año, el Fortín se coronó campeón del Torneo Clausura, y Razzotti fue clave en el éxito del club. Con el club de Liniers, ganó cinco títulos.
En 2013, impulsado por el fanatismo de su familia por Independiente, llegó al club de Avellaneda, que estaba en la Primera B Nacional. Sin embargo, el contraste con Vélez afectó su experiencia. Tras su paso por equipos en América Latina y Europa, el desgaste y las lesiones lo llevaron a retirarse en 2017, cerrando su carrera a los 32 años.
Su vida después del retiro
Luego de su retiro como futbolista profesional, Razzotti se mantuvo cercano al fútbol, dedicándose al reclutamiento de jóvenes talentos. Colabora con una empresa especializada en identificar jugadores con potencial internacional.
También sigue vinculado a Vélez Sarsfield, donde integra el equipo senior junto a otras figuras como Lucas Castromán y Emiliano Papa.
Fuente: Minuto Uno