El autor de “Slave to Love” y “Don’t Stop the Dance” compiló 81 canciones de su carrera solista -construida en paralelo a su trabajo con Roxy Music-, en un box set extensivo que permite también asomarse a su futuro.

Es probable que Bryan Ferry nunca haya pedido un martini “batido, no revuelto” y, aunque es inglés, ciertamente no estuvo al servicio secreto de Su Majestad. Sin embargo, es inevitable asociar su figura con la de James Bond: estilizado, con un traje impecable, sosteniendo un cigarrillo con una mano y una modelo hermosa con la otra. Sus canciones más famosas -con “Slave to Love” como ejemplo máximo- apuntalaron esa imagen de eterno seductor, el dandy supremo del rock y aledaños. Claro que hubo mucho más en las cinco décadas y pico de carrera del cantante y compositor, tanto al frente de Roxy Music como en su faceta solista: fue un innovador que planteó la necesidad de rehacer y renovar (“Re-make / Re-model”) la música con el glam pero también jugueteó siempre con las versiones de clásicos, abrazó las texturas electrónicas que proponían los ’80 y les imprimió su personalidad, y hasta se calló la boca y reimaginó sus canciones como instrumentales al frente de su propia orquesta jazzera.
En los últimos años, Ferry comandó una reunión de Roxy Music, publicó un libro con las letras de sus canciones (Lyrics) y ahora lanza Retrospective: Selected Recordings 1973/2023, una colección de sus grabaciones como solista que muestra las diversas aristas que abordó a través de cinco décadas. “Me pareció un momento apropiado porque cincuenta años es un buen número redondo para revisar mi obra y mi pasado”, le dice el cantante y compositor a Página/12 a través del Zoom. “Fue interesante colaborar en la recopilación y poner todo en su lugar. No es muy frecuente mirar hacia atrás y escuchar trabajos anteriores, porque normalmente vengo al estudio y todos los días trabajo en cosas nuevas. Pero está bien mirar hacia atrás de vez en cuando y ver dónde estaba en cada momento. Eso quizá me ayude a determinar mi futuro porque pienso ‘No hice esto’ o ‘Podría hacerlo mejor ahora’, etcétera. Así que es bueno tener motivación para hacer más”.
Pese a tanta revisión del pasado, Ferry dice que nunca pensó seriamente en escribir una autobiografía, aunque “estaría bien intentarlo algún día”. Ahora sencillamente no tiene tiempo: “Además de publicar Retrospective, voy a sacar un un nuevo álbum a principios del próximo año. Y también estoy trabajando en otro disco… Hay muchas cosas en marcha, cosas nuevas”, confiesa. Claro, la entrevista se pactó para hablar sobre la recopilación, pero no hay modo de evitar preguntarle por ese álbum en desarrollo. “Es una colaboración con una amiga mía, Amelia Barratt“, adelanta. “Publicamos una de las piezas en Retrospective, así que tenemos una pista que apunta hacia el futuro, una muestra de dónde estoy ahora”.
Ferry se refiere a “Star”, una de las dos piezas hasta ahora inéditas que trae la compilación de 81 canciones divididas en 5 CDs. Retrospective también tiene su versión en las plataformas digitales, que mantiene el formato del lanzamiento físico: el primer disco aglutina los hits (“Slave To Love”, “Don’t Stop the Dance”, “Kiss and Tell”, entre otros), el segundo muestra su faceta como compositor (“Cant’ Let Go”, “Limbo”, “Bête Noire”), el tercero está dedicado a los covers (con mucho Bob Dylan incluido), el cuarto trae a la Bryan Ferry Orchestra reimaginando sus temas como jazz de los años ’30, y el quinto agrupa material poco conocido o directamente inédito. “Evité el orden cronológico simplemente para intentar ponerlo en algún tipo de estructura, algún tipo de orden, y este pareció funcionar muy bien”, explica.
En ese quinto disco es donde está incluida “Star”, que oficia como su primera canción nueva en una década… con ciertas particularidades: la mezcla oculta la voz de Ferry y resalta la de la artista plástica y escritora Amelia Barratt, y la música estuvo a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross (Nine Inch Nails). “Me pareció que era lo que había que hacer con esta canción”, se desmarca el cantante. “Me gusta como suena así. Es mi música y mi producción… Y es mi video, yo lo hice (aclaración: no se lo ve a él sino a ella). Amelia dice las palabras hermosa y claramente, y hay una voz en el fondo… ese soy yo. Quise incluir la canción en Retrospective sólo para mostrar que todavía hay futuro para mí en mi trabajo. Quizá de una manera pequeña, pero es lo que hago, es importante para mí”.
-Hay un par de recopilaciones de tu trabajo que incluyen material de Roxy Music. ¿Por qué decidiste separarlo en esta ocasión?
-Porque habíamos hecho la celebración del 50° aniversario de Roxy con una gira y nunca había existido una compilación completa de mi trabajo solista como esta. Pensamos que sería una buena idea. Y encontramos un montón de viejas fotografías y cosas para que sea interesante para los fans. Es una especie de celebración, lo que es agradable. Es agradable mirar hacia atrás y tener todo este trabajo en algo físico. Me gustan los formatos físicos, los LPs, los CDs…
-El primero de los discos de Retrospective, que trae los hits, se edita por separado en vinilo y en CD. ¿Creés que es una buena representación de tu carrera en solitario para el oyente ocasional?
-Sí, creo que sí. Es una buena introducción para el oyente ocasional porque son las piezas más populares. Y luego quizás a través de ellas se llega a las menos conocidas, las más difíciles, las más raras. En cierto sentido, tiene una conexión con lo que hice con mi primer disco en solitario (These Foolish Things, de 1973): para hacer los covers elegí algunas canciones que eran bastante populares, y pensé que eso podría ayudar a ser un puente hacia Roxy Music para un público que no conocía mi trabajo o no conocía a la banda. Y creo que sucedió un poco. Porque, por ejemplo, “Hard Rain’s Gonna Fall” (Bob Dylan) fue un gran éxito para mí y es una gran canción que yo no escribí, obviamente, pero ayudó a introducir al público en el trabajo de Roxy. Una música que era un poco más esotérica, creo yo.
-La idea del álbum de versiones hoy en día es bastante estándar y los músicos suelen hacerlo cuando se les acaban las canciones nuevas, pero en These Foolish Things tenías otros intereses.
-Estaba muy interesado en hacer muchos discos y me dije que intentaría hacer esto para variar, porque podría adquirir una nueva experiencia para mí con el canto, la producción y los arreglos. Así que me concentré en eso y fue interesante porque me quitó la presión de escribir canciones. Había algo despreocupado al respecto, en un buen sentido. Era una sensación diferente. Elegí canciones por las que sentía afecto, que me gustaban y que sentía que me permitían expresar parte de mi personalidad a través de ellas. Creo que la mejor fue “A Hard Rain’s Gonna Fall”, que fue lo primero que hice y quizá sea el mejor cover que he grabado.
Amor por el tango
Volver a Buenos Aires
“¿Estás en Buenos Aires? Me gusta mucho el tango“, suelta Bryan Ferry en mitad de la entrevista con Página/12. El cantante visitó la ciudad en dos ocasiones: en 1994 presentó Mamouna en Obras y en 2003 trajo Frantic al Gran Rex. “Espero volver, es una ciudad muy hermosa”, dice, aunque aclara que por el momento no piensa salir de gira: “Nunca diría que no categóricamente, pero estoy disfrutando mucho de mi trabajo de estudio. Y me alegro de que ‘Star’ haya tenido tan buena acogida. Me alegra que a la gente le siga importando que haga discos”.
El amor de Ferry por el tango quedó plasmado en Bête Noire (1987), en el que convocó a los bandoneonistas José Libertella y Luis Stazzo. “Para mí fue un privilegio trabajar con esos tipos. Los vi mientras estaban haciendo una gira. Eran músicos fantásticos”, confiesa Ferry. Las filigranas de los fuelles del Sexteto Mayor -ambos ya fallecidos- se escuchan en la canción que dio nombre al disco, que aparece en Retrospective. Pero no quedó allí la relación, porque el británico volvió a llamarlos para el disco de versiones As Time Goes By (1999), su primera aproximación a los standards de los años ’30. “Es que tocaban con tanta pasión y hermosa improvisación melódica… Eso me encanta: es pasión formalizada. Es una combinación muy poderosa”.