El catering incluyó vinos de alta gama, quesos gourmet y parrilladas con cortes premium, entre otros productos exclusivos.
En un contexto de crisis económica, donde el mensaje oficial insiste en que “no hay plata” y el ajuste golpea a todos los sectores, el Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, parece vivir en una burbuja. Según reveló la agencia Noticias Argentinas, a pesar de las duras medidas de austeridad que afectan a millones de argentinos, el gobierno no ha escatimado en gastos en lujosos servicios de catering para eventos de alto nivel, con menús que incluyen vinos de alta gama, quesos gourmet, y parrilladas exclusivas.
A pesar de la retórica de la “motosierra al Estado”, que ha implicado severos recortes en áreas clave como educación y salud, la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), dependiente del Ministerio de Economía, gastó más de $13 millones en catering entre mayo y septiembre de 2024. Los banquetes incluyeron coffee breaks con infusiones de primeras marcas, medialunas, pastelería fina y frutas de estación; almuerzos de pizza, empanadas y mini brochettes; y lujosos “lunches” con parrilladas de carne frita, chorizo, mollejas y sándwiches de vacío, acompañados de una selección de vinos de alta gama.
Los montos destinados a estos servicios resultan escandalosos, considerando el discurso oficial de “ajuste extremo”. La empresa Señal de Ajuste S.R.L. fue la adjudicataria del contrato por $9.955.000, que luego fue ampliado en $3.197.250, sumando un total de más de $13 millones. Mientras tanto, las propuestas presentadas por otras empresas revelaron una gran variación de precios, con presupuestos que oscilaban desde $2.240.000 hasta $16.900.550.
Hasta el momento, la Junta de Seguridad en el Transporte no ha hecho declaraciones oficiales sobre estos gastos, que contrastan con las severas medidas de ajuste que afectan a la gran mayoría de la población. Mientras el gobierno sigue justificando los recortes presupuestarios, especialmente en áreas como la educación y la salud, continúa celebrando con banquetes dignos de otro mundo, mostrando una desconexión alarmante con la realidad que viven millones de argentinos.



