Hoy por neoliberalismo entendemos el modelo económico de libre comercio, de libre mercado desregulado, la reducción del Estado, la flexibilidad laboral, bajadas de impuestos a las grandes fortunas y coorporaciones, y, unido a ello, una visión del individuo propietario renuente a toda imposición social.
Un individualismo hedonista que reduce al mínimo lo colectivo para bucear en una realidad sustitutiva ajeno a los imperativos sociales, centrado en la autosatisfacción de sus deseo. Venimos de los años de la curva de Laffer que mantiene, contra toda evidencia, que bajando los impuestos a los más ricos se incrementan los ingresos públicos. Esa gran mentira neoliberal de los últimos 50 años. Ronald Reagan definió a los impuestos “como un robo diario”, a lo que un juez del Supremo de la época le contestó sin miramientos: “los impuestos son el precio que pagamos por vivir en una sociedad civilizada”. Sin embargo la riqueza desea otra clase de sociedad civilizada, con generosos descuentos, con evasiones fiscales encubiertas y rebajas maquilladas de elusiones. Una forma de decirnos que no todos somos iguales a la hora de asumir nuestros compromisos impositivos. Algo que comparten muchos jugadores de éxito. Millonarios que emplean paraísos fiscales o sociedades off-shore para desviar ingresos por derechos de imagen, creando sociedades pantallas y trasladando sus beneficios a territorios de baja o nula tributación a través de complejos entramados societarios que han proliferado al calor de la globalización y la digitalización de la economía.
Hace unos años, el ex futbolista del FC Barcelona, Samuel Eto’o, fue condenado en España con veintidós meses de prisión y cuatro millones de euros por evasión fiscal. “Reconozco los hechos y voy a pagar, pero dejen de robarme”, expresó. El portavoz del sindicato español de Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) contestó con ironía: “un “robo” que nos permite construir escuelas y hospitales”. Algo tan simple como esto les cuesta entender a las grandes estrellas del fútbol internacional que no dan a basto con tanta negligencia impositiva. Cristiano Ronaldo reconoció los cuatro delitos fiscales que se le imputaron aceptando dos años de cárcel y el pago de 19 millones de euros.
La lista de futbolistas famosos encausados en España por delito fiscal y penas de cárcel, (que no han cumplido por carecer de antecedentes), es larga y copiosa: Luka Modric, Marcelo, Xabi Alonso, Fabio Coentrao, James Rodríguez, Ricardo Carvalho, Radamel Falcao, Javier Mascherano, Alexis Sánchez, Messi, Adriano, José Mourinho, etc. Sin contar las figuras de segundo orden. La epidemia tiene carácter de vaciado.
Sorprende ver a como algunas de estas figuras salen de los juzgados como estrellas rutilantes y haciéndose fotos con sus fans. Sorprende que reciban el apoyo institucional de sus clubes o que reclamen que sean éstos quienes satisfagan sus deudas. Sorprende que no sorprenda que lo que ellos dejan de pagar lo paga el resto. Sorprende, que defrauden como lo hacen y les sigamos riendo las gracias.
Por José Luis Lanaos