Eva Perón, Evita, durante su corta existencia actuó consustanciada con los trabajadores; fue tremendamente solidaria con el dolor de propios y ajenos, desbordando de amor por sus Descamisados y por el Líder de los Argentinos, el Tte. Gral. Juan Domingo Perón.
Ella comprendió el dolor de los demás, porque supo soportarlo en sí misma para darse cada día a la tarea de que hubieran menos pobres y, por lo tanto, menos ricos que explotaran a esos pobres.
Eva Perón no estaba hecha para las pequeñeces. De ahí sus grandes realizaciones a través de la Fundación Eva Perón, que han sobrevivido a la destrucción.
Evita inaugura la era de la Justicia. Desterró la caridad insultante sintetizada en los uniformes grises con los cuales vestían a los niños en los asilos miserables.
Hay quienes pretenden desvincular la figura de Perón de la de Eva Perón, argumentando que el Líder fue un candidato populista, un personaje oscuro de una argentina pasada.
Si Evita hizo lo que hizo fue porque existió Perón -quien trascendió en el tiempo por su obra integral-, y por el toque de humanidad y de amor que ella imprimió a todo lo que la rodeaba.
Ambos nos dejaron una lámpara votiva que no se apagará jamás: la lucha por la liberación nacional, la afirmación de nuestra dignidad, el sentimiento arraigado por la Justicia Social y la Solidaridad Internacional, esa de la que muchos hacen alarde, pero pocos actúan en consecuencia.
Esta incomparable mujer que fue Evita nació del Pueblo, vivió para él y murió entre sus brazos.
Su obra trascendió los límites de nuestra Patria, estuvo presente ante la hambruna de países azotados por la guerra civil española y la segunda guerra mundial; ante las inundaciones, los sismos y otros desastres producidos en los países americanos. Por eso que muchos Estados la condecoraron y también sus Pueblos expresaron al referirse a ella: MADRE DEL GENERO HUMANO, DAMA DEL PERPETUO SOCORRO, SEÑORA DEL SUFRIMIENTO, LA CENICIENTA DE LA HISTORIA ARGENTINA, LA PRIMERA DAMA EXTRAORDINARIA DE LA AMERICA DEL SUR, ABANDERADA DE LUZ Y DE ESPERANZA, LA MÁS EMINENTE MUJER DE AMÉRICA, LA MUJER DEL MEDIO SIGLO, LA CENICIENTA DE LAS PAMPAS, LA MADRE ESPIRITUAL DE LOS QUE SUFREN Y LLORAN; ESTRELLA DE LOS HUMILDES, DE LAS MASAS, DE LOS TRABAJADORES, DE LOS ARGENTINOS, DE UN MAÑANA ESPLENDOROSO; SANTA EVITA DE AMÉRICA, EL FENIX MODERNO, MISIONERA DE LA PAZ, PATRONA DE LOS TRABAJADORES DEL MUNDO, LA DAMA DE LA ESPERANZA, VIRGEN DE LOS HUMILDES, PRIMERA TRABAJADORA ARGENTINA, LA MEJOR DEFENSORA DE LA JUSTICIA SOCIAL, CIUDADANA DE AMERICA.
Producida la Revolución Fusiladora, mientras los parientes de sus integrantes se repartían sus condecoraciones, su ropa, sus calzados y perfumes y destruían todo lo que dijera Fundación Eva Perón, su cadáver era secuestrado de su morada en la CGT y ultrajado por los militares sediciosos. Y en connivencia con sectores oligárquicos de la iglesia, en donde se reunían los comandos civiles, resuelven enterrarla en el cementerio de Milán, bajo el nombre de María de Magistris.
Cuando el Gral. Perón recibió sus restos, luego de varias reclamaciones, comprobó las atrocidades cometidas contra ellos que fueron certificadas por su abogado el doctor Isidoro Ventura Mayoral, quien las hizo conocer al Pueblo.
Dijo Evita el 3 de diciembre de 1948:
“Nosotros, los peronistas, no hemos salido de un partido político, hemos salido de una Causa, de una Mística y de una Doctrina que creó el General Perón inspirado en los Descamisados Argentinos”.
Causa, Mística y Doctrina, tres componentes ineludibles para levantar al país de su postración. Y esto sólo se consigue con la participación de todos quienes han vivido al servicio de la Causa Nacional y Americana!.
Elena Marta Curone
martacurone17@gmail.com