Por el parate de la obra pública, el gobierno de Milei se pierde miles de millones de dólares

Javier Milei Carolina Piparo
Ramiro Marra
Conferencia
Argentina
Foto Federico Lopez Claro
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El tipo de cambio continúa bajo presión por la suba de los dólares paralelos. Nada nuevo. Lo mismo por lo que han pasado las últimas administraciones. De hecho, desde el 2011 a esta parte que las tapas de los diarios se pintan de verde frente a las corridas cambiarias, de mes en mes o incluso, durante varios días consecutivos. El gobierno anarco libertario había conseguido que durante tres meses la divisa yanqui no sea noticia. Pero la inconsistencia de su plan económico más la inoperancia de la gestión revirtieron el logro.

Como ya es de público conocimiento, la falta de planificación en materia energética le terminó saliendo caro al gobierno. Según explicó el sitio más especializado en energía del país (EconoJournal), para evitar desabastecimiento de gas, la administración anarco libertaria terminó gastando u$s500 millones para importar gas de Brasil. Cuando si solo invertía u$s50 millones en las plantas compresoras podía dotar al gasoducto de mayor capacidad de transporte y evitar así tener que salir a comprar de imprevisto, sin capacidad de negociación y pagando cualquier precio, resintiendo las reservas internacionales del Banco Central.

Cada dólar cuenta en el camino de fortalecer las reservas y evitar otra devaluación con efecto en precios que borre de un plumazo la tendencia descendente de la inflación. Por entonces, uno de los pocos logros que ostenta el gobierno. Que se drenen divisas por falta de gestión es un error no forzado y, por tanto, evitable que alimenta las expectativas devaluatorias instaladas cuando representantes del agro manifestaron su intención de retener la cosecha. Pero la desidia en la gestión no sólo se vio en el área energética, también es moneda corriente en materia de obra pública.

Desde la primera baja ministerial del gobierno –Guillermo Ferraro– que las funciones del extinto Ministerio de Infraestructura pasaron a Economía en forma de Secretaría. Quizás la falta de jerarquización del área explica los desaguisados en materia de obra pública. Una decisión coherente con la premisa de vaciar el Estado desde adentro, tal como expresó el presidente anarco libertario frente al medio estadounidense The Free Pess. Lo cierto es que la parálisis de la obra pública no sólo dejó en la calle un tendal de trabajadores, paralizando a la construcción y sus proveedores. También repercute en la disponibilidad de divisas.

Según el titular de la Cámara de la Construcción, el gobierno paralizó alrededor de 4 mil obras en todo el país en su afán por ajustar y lograr superávit fiscal de manera meteórica. Lo llamativo es que enfriaron toda la obra, inclusive aquellas en ejecución que ya contaban con financiamiento de organismos internacionales de crédito. Esto tiene efecto directo sobre la disponibilidad de dólares en un contexto de escases de reservas y corrida en donde el gobierno los necesita tanto como un sediento al agua.  

Ocurre que paralizar obras ya financiadas implica privar a las reservas del Banco Central del giro de dólares provenientes de diferentes bancos de crédito internacional orientados a obras de infraestructura (BID, CAF, etc). Frenar proyectos en curso con fondeo internacional es una “torpeza inentendible”, sostienen al interior del sector de la construcción. Las obras en cuestión son más de 200, según el mapa de inversiones del gobierno. El Banco Interamericano de Desarrollo junto a la Corporación Andina de Fomento explican el grueso de los proyectos.

Al incumplir, el gobierno sienta un mal precedente para el país y enfrenta sanciones

Ponerle un candado a estas obras significa interrumpir desembolsos de dólares desde estos organismos por un monto en torno a u$s6.500 millones, según afirma una alta fuente del sector financiero. Parte de ese valor irían girando los bancos a la Argentina a lo largo del año por el comienzo de nuevos proyectos y el avance de obras en ejecución. Pero el ajuste sin expertise que ejecuta el gobierno hace que no ingresen divisas por esa vía y, contrariamente, deban pagarse vencimientos de deuda con esos organismos multilaterales.

De acuerdo a datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) durante el año se deberán pagar a esos bancos u$s2.274 millones por el financiamiento de obras pasadas. Esos vencimientos podrían netearse con los giros de los mismos bancos multilaterales teniendo efecto neutro en las siempre escasas reservas del Central. No solo que no ocurrirá y las reservas solo se resentirán por la vía de los organismos multilaterales, sino que hasta deberá pagar penalizaciones. 

Una importante fuente del sector financiero de vinculación estrecha con los bancos de crédito internacional y también con destacadas empresas de la construcción reveló a este medio que hay comisiones por no utilizar recursos que suelen de ser entre el 2% y 3% sobre el valor de la obra. Si bien la fuente destacó que estas obras con financiamiento son la moneda de cambio del gobierno para negociar con los gobernadores del norte grande la aprobación de la ley bases en el senado, el daño ya está hecho.

Unas 250 empresas chinas que podrían irse si escala el conflicto

La fuente enfatizó que el mercado está observando tres variables. Primero que la inflación proyectada para el año está en torno a 5% mensual en medio de un ajuste histórico y en medio de una recesión de magnitud. Por otro lado, inquieta la liquidación a cuentagotas del agro. Mientras que por otro el conflicto con China ya que su devenir será determinante para el dólar y la suerte de la economía.

“Lo de China es más serio que renovar el swap o girar a Shanghái u$s4.900 millones”, declaró la fuente en off.  Hay cláusulas de “cross default”. Esto significa que romper las relaciones financieras también compromete otros flujos chinos en grandes obras de infraestructura. Del mismo modo que si se vulneran acuerdos de infraestructura pueden exigir la cancelación del swap. Es decir, el acreedor puede exigir el pago total de la deuda si incumplen otros contratos. Esto impacta en 250 empresas chinas que podrían irse si escala el conflicto.  

El agro, China y el FMI, las calves de la corrida cambiaria

Son meses claves para el plan económico del gobierno y el tipo de cambio. Entre junio y julio las reservas internacionales deberán enfrentar vencimientos por 4 mil millones de dólares (entre FMI, organismos multilaterales y títulos públicos). Con un agro que no liquida lo esperado y con auxilio financiero internacional incierto, hasta el momento. Desde el gobierno aguardan a que el Fondo apruebe la octava revisión y gatille un giro de u$s800 millones que les permitiría ganar tiempo frente a la corrida en ciernes. 

Al interior de la Rosada se quejan: Si el FMI aprobó cada una de las revisiones de la administración Fernández/Massa que incumplió las metas, por qué se demora ahora que las sobre cumplimos, se quejan al interior de la Rosada. ¿Será que a los países con más poder de voto y veto (EEUU, Japón, Alemania, China, México, España, principalmente) no les cae en gracia los soliloquios internacionales del león anarco libertario, más allá de la dudosa calidad de los equilibrios que exhibe el libertario?

Fuente: La Nueva Mañana

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