En un episodio que ha generado indignación y ha puesto en cuestión la ética de algunos representantes políticos, la legisladora porteña Lucía Montenegro, del partido La Libertad Avanza (LLA), ha sido acusada de apropiarse de más de 4.000 litros de leche destinados a comedores de la Villa 31. Las pruebas presentadas incluyen un recibo firmado por la propia legisladora, y la denuncia ha levantado serias dudas sobre la integridad y el compromiso de quienes se postulan como servidores públicos.
El incidente salió a la luz gracias a la intervención del periodista Pablo Duggan, quien compartió en sus redes sociales una fotografía del recibo firmado por Montenegro. Este hecho ha impactado a la opinión pública y ha reavivado el debate sobre la transparencia en la política. La leche, que formaba parte del programa solidario “Desafío Tambero”, estaba destinada a ser distribuida entre los comedores de la Villa 31 para alimentar a cientos de niños y familias en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, se alega que terminó en manos de la legisladora sin una justificación clara.
La denuncia señala que la leche fue retenida en un gimnasio propiedad de Montenegro, ubicado en la Calle Junín 322 en Once, Capital Federal, conocido como CHAIU DO KWAN. Esto plantea interrogantes sobre los motivos de la legisladora para apropiarse de recursos destinados a los más necesitados y si esta acción refleja el tipo de liderazgo que La Libertad Avanza promueve.
El contexto de la denuncia agrava la situación. En medio de una crisis económica y social, donde cada litro de leche es crucial para la alimentación de los niños, este tipo de conductas resultan especialmente preocupantes. La Villa 31, una de las zonas más vulnerables de la ciudad, depende en gran medida de las ayudas y donaciones para subsistir. Apropiarse de estos recursos es un acto grave que afecta directamente a una comunidad que ya enfrenta numerosas dificultades.
La situación requiere una investigación exhaustiva y una respuesta rápida por parte de las autoridades competentes. No solo está en juego la reputación de una legisladora, sino la confianza de toda una comunidad en sus líderes. El hecho de que Montenegro haya utilizado su posición para acceder y apropiarse de recursos destinados a los más necesitados es una traición a la confianza pública y un abuso de poder que no puede quedar impune.
La gravedad de esta acusación también pone en jaque a La Libertad Avanza. ¿Cómo responderán sus líderes? ¿Habrá una condena clara y un compromiso para evitar que situaciones como esta se repitan? O, por el contrario, ¿se escudarán en el silencio y la complicidad?
La transparencia, la rendición de cuentas y la honestidad no son meros slogans de campaña, sino pilares fundamentales de una democracia saludable. El robo de leche destinado a los más vulnerables es un acto vil que exige justicia, no solo por el bien de la Villa 31, sino por el futuro de una sociedad que no puede permitirse seguir tolerando la corrupción en sus más altas esferas.
Fuente: En Orsai
