Entre tantas ignominias que figuran en la presunta ley de bases y en el decreto sinárquico 70/2023, señalamos que, durante el gobierno de los militares -que depusieron a Isabel Martínez de Perón-, y que continuó con Menem, uno de los objetivos principales fue privatizar las Empresas del Estado.
Siempre se argumentó que eran deficitarias, mal manejadas y que sobraba personal. Luego de aquella experiencia que demostró hasta dónde la privatización fue demoledora, recordamos Aerolíneas Argentinas, cuyos delincuentes nuevos propietarios la desguazaron, se llevaron aviones, y repuestos al punto que cuando volvió a manos argentinas, encontraron un sólo avión en sus hangares. Y así con todas las demás.
En el presente el gobierno libertario-Pro y JXC, aunque aún no tiene aprobada la ley de bases, ya comenzó a despedir trabajadores y a retacear el mantenimiento de las empresas.
Ya comenzaron a destruir el Correo, despidieron trabajadores, incluso aquellos que están en edad de jubilarse. Cerraron Telam (creada por el Gral. Perón), el Inadi, etcra..
Si privatizan AYSA, quedarán sin provisión de agua amplios sectores del gran Buenos Aires, donde viven obreros, clase media y PIMES.
El choque entre trenes del 10 de mayo ppdo., sacó al desnudo el problema que existe y que se resume en que las autoridades nacionales han resuelto privatizar los ferrocarriles.
Luego de este supuesto accidente que produjo unos 100 heridos, trascendió que continuamente se roban los cables que no son repuestos y por lo cual las señalizaciones deben hacerse en forma oral y/o manual.
Los talleres están en estado lamentable, no tienen carbón para las locomotoras ni flexibles y hasta no cuentan con lavandina para limpiar los baños. Es una verguenza!!!
Se están realizando los peritajes. En la mayoría de los accidentes se concluye en culpar el error humano, cuando en realidad esos errores son provocados por situaciones dolosas que cometen los directivos de las empresas.
Precisamente, el 8 de abril ppdo. fueron despedidos más de 100 profesionales que se dedicaban al control y mantenimiento de los frenos, las señalizaciones, la seguridad, etc., o sea, personal sumamente calificado.
Se conoció que durante 2023 se produjeron 435 descarriles en los trenes de carga.
Las empresas privadas que se encargan de atender varios de estos servicios, ¿no cuentan con recursos para solucionar algunos de estos problemas?
Todavía tenemos el recuerdo de lo que sucedió con la privatización de los años 90, durante la cual se despidieron 47.000 ferroviarios y se levantaron talleres y ramales.
Actualmente se desguaza la empresa, se despiden miles de trabajadores mientras se trata de explicar el mal funcionamiento del ferrocarril. Entonces disponen la privatización por la cual algunos funcionarios llenarán suculentamente sus bolsillos.
Acompañamos a los trabajadores ferroviarios que denuncian la desinversión y el mantenimiento deficiente. No reclaman sólo por sus salarios insuficientes sino por la falta de seguridad ya que no se realizan las obras que se necesitan para que el material funcione adecuadamente.
Enfrascados en el *negocio* los funcionarios que nos mal gobiernan exponen la vida de miles de personas que utilizan este servicio. Su único objetivo es repartirse los bienes del Estado con sus socios extranjeros. Lo mismo están haciendo con Aerolíneas Argentinas y con las otras empresas, en peligro de extinción.
A través de los años las Empresas del Estado han atendido y resuelto los problemas de millones de argentinos. Sin lugar a dudas, pueden y deben mejorarse. No es justo que les demos la espalda y que avalemos los objetivos de delincuentes que sólo piensan en sacar provecho de sus ventas sin importarle el despido de miles de trabajadores.
Todavía estamos a tiempo de frenar tanta maldad y son los Senadores Nacionales quienes tienen la responsabilidad histórica de oponerse a la destrucción de la Nación Argentina. Si no lo hicieren, también serán juzgados a su debido tiempo como infames traidores a la Patria.
Elena Marta Curone
martacurone17@gmail.com