Lo que inicialmente se atribuyó a un simple ‘error de tipeo’ por parte del Gobierno de La Libertad Avanza (LLA), ahora se revela como una trama de modificaciones clandestinas. Las acusaciones cruzadas entre los políticos están encendiendo la polémica hasta niveles insospechados.
IMPORTANTE – LEY ÓMNIBUS
— GERMAN MARTINEZ (@gerpmartinez) May 7, 2024
El texto que se comunicó al Senado tiene diferencias con lo que votaron las y los diputados en el recinto.
Eso no puede pasar. Y es motivo de nulidad.
Pedimos formalmente que se deje sin efecto la comunicación realizada al Senado.
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Adorni, representante de LLA, minimizó el incidente en una declaración sorprendente durante una conferencia de prensa. ¿Un ‘error de tipeo’? ¿O acaso es un intento deliberado de manipular la legislación a favor de ciertos intereses? Las sombras se ciernen sobre el proyecto impulsado por Javier Milei y su Gabinete, ahora bajo un intenso escrutinio por supuestas irregularidades en su traspaso del Congreso de Diputados al Senado.
La respuesta del titular del bloque de Unión por la Patria (UP) en Diputados, Germán Martínez, fue contundente y acusadora. Niega rotundamente la versión del Gobierno y apunta directamente los dedos hacia el origen del problema: ¡Diputados! Según él, el Senado no tiene la responsabilidad de modificar un texto que llega errado desde la cámara baja. ¿Qué intereses oscuros podrían estar detrás de este siniestro juego político?
Pero la trama se complica aún más cuando desde la propia Cámara de Diputados se admite la existencia de errores en dos artículos distintos. ¿Negligencia o maquinación deliberada? Las sospechas de fraude legislativo se multiplican, y la carta enviada al Senado para explicar los cambios no hace más que aumentar la confusión y el descontento.
En medio de este torbellino de acusaciones, UP exige la nulidad del proyecto. ¡El Congreso se tambalea ante la posibilidad de un escándalo monumental! Martínez, vocero del bloque, argumenta que las diferencias entre lo votado en Diputados y lo comunicado al Senado son tan flagrantes que invalidan por completo la tramitación. ¿Estamos ante un golpe letal a la institucionalidad democrática o solo ante una muestra más del juego sucio de la política?
La incertidumbre y la indignación se propagan por los pasillos del Congreso mientras se acerca el momento crucial del tratamiento de la Ley de Bases en el Senado. ¿Será este el fin de una era de corrupción encubierta o el preludio de una crisis política de dimensiones catastróficas?”