El rechazo en el Senado (42 votos contra 25) por primera vez en la historia de un DNU supone su primer traspié en medición de fuerzas a través del voto parlamentario. Sin embargo, las reformas del decreto no judicializadas continúan vigente, a la espera del tratamiento en Diputados: si el Gobierno consigue mayoría en la Cámara Baja, el DNU será constitucional.
Unión por la Patria hizo pesar la fortaleza de su posición en el Senado: con 33 senadores, solo necesitaba cuatro votos para alcanzar la mayoría parlamentaria. Pero logró ocho acompañamientos, recomponiendo lazos con los justicialistas Edgardo Kueider y Carlos “Camau” Espínola y aprovechando el malestar que provocó la conducta presidencial en la región patagónica. Los rechazos de la rionegrina Mónica Silva; los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano; la neuquina Lucila Crexell; y la chubutense Edith Terenzi (la única patagónica de la UCR) son una expresión de este posicionamiento. El caso de Santa Cruz es particular: Gadano y Carambia fueron los únicos que votaron en contra de la ley que autoriza al Presidente a salir del país.
El voto restante fue el de Martín Lousteau, que quedó aislado pese a su rol de presidente de la Unión Cívica Radical, desde donde emitió un comunicado partidario instando a sus compañeros de bloque a rechazar el DNU. Como respuesta, obtuvo una serie de documentos críticos de otros legisladores y el voto positivo de los otros diez senadores radicales. “Aquellos que se visten con Alfonsín, recomiendo que lo lean“, dijo Lousteau durante su alocución. Consiguió, sin embargo, el apoyo de Terenzi y la abstención a último momento del bonaerense Maximiliano Abad.
El resto de los que buscaron la aprobación del decreto de Javier Milei fueron los bloques de La Libertad Avanza y el PRO. Además se abstuvieron la cordobesa Alejandra Vigo (alineada con Martín Llaryora, que este miércoles respaldó a Nación en Diputados) y los dos senadores –Arce y Rojas Decut– que responden al gobernador de Misiones.
Fuente: Ámbito