De no haber una recomposición extra, como un bono, en febrero la jubilación mínima habrá retrocedido a niveles de 2002. Del supuesto superávit que consiguió el Gobierno, el mayor esfuerzo para lograrlo recayó en la caída en términos reales de jubilaciones y pensiones.
El análisis se basa en números publicados por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) que muestran qué partidas fueron las que explicaron el superávit en el mes. “Por un mayor retroceso en los gastos, básicamente vinculados a las prestaciones sociales, que la caída que sufrió la recaudación, durante enero la Administración Nacional registró un superávit financiero 77,2 por ciento real superior al obtenido en el mismo mes del año anterior”, sostuvo la OPC.
Los gastos totales de la Administración Nacional registraron una caída real de 11,9 por ciento año a año en el primer mes del año y el recorte en los primarios llegó a 30,8 por ciento año a año.
Las jubilaciones y pensiones (-32,5% año a año), los programas sociales (-59,6% año a año) y los gastos en personal (-18,0 por ciento año a año) fueron los rubros que más contribuyeron a la reducción de los gastos. En los programas sociales influyó la ausencia de registro de algunos programas.