El filósofo y activista italiano Toni Negri, considerado uno de los principales referentes del movimiento antiglobalización, y autor de obras como “Spinoza subversivo” e “Imperio”, quien durante su extensa vida se dirimió entre la actividad intelectual y la lucha revolucionaria que lo llevaron a la cárcel y al exilio,murió a los 90 años en París.
La información sobre su fallecimiento fue sumnistrada por su esposa, la filósofa francesa Judith Revel, y su hija Anna, que lo recordó con una publicación en Instagram, consigna el diario italiano La Repubblica.
Referente del neomarxismo europeo y catedrático de Teoría del Estado en la Universidad de Padua, Negri (Padua, 1933) participó en la lucha revolucionaria desde los años setenta del siglo pasado, como pensador y como activista, y en esa década fue detenido por su supuesta vinculación con el asesinato del ex primer ministro Aldo Moro, una acusación que luego se demostró que era infundada, pero que lo llevaron a la cárcel y al exilio.
Mundialmente reconocido por sus trabajos sobre Descartes, Marx y Baruch Spinoza, Negri fue el mentor del grupo italiano Poder Obrero, y uno de los inspiradores de la corriente denominada Autonomía obrera, durante los años 70.
Fue autor de la trilogía Imperio, junto con el filósofo estadounidense Michael Hardt, al que se denominó el “Manifiesto Comunista del Siglo XXI”, y está compuesta por los volúmenes Imperio (2000), Multitud (2004) y Commonwealth (2009).
En Imperio, la más importante de la trilogía, los autores consideran que el Estado ha perdido el protagonismo y la centralidad en favor de la globalización, a la que se refiere como “Imperio”.
Negri en la Argentina
Visitó la Argentina en cinco oportunidades entre el 2005 y el 2013 para participar de diferentes foros, uno de ellos organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación bajo el título Debates y combates, acompañando el nombre de la revista dirigida por Ernesto Laclau; y también llegó invitado por la Universidad de San Martín (Unsam) para participar del ciclo “¿Qué hacer con Marx?”.
En esas visitas al país, Negri, en diálogo con Télam, en 2013, hablaba de las figuras en torno a las cuales giraba la experiencia de vida de la humanidad y se refería a la figura del hombre endeudado y a la del hombre mediatizado.
En cuanto a la del hombre endeudado decía: “La transformación productiva se asienta en un movimiento que lleva del trabajo asalariado al trabajo precario. Del trabajo del explotado al trabajo del endeudado”. En esa línea, se refería al surgimiento de los indignados en España, en 2011, ante el hartazgo por los recortes sociales y las políticas para salvar a los bancos de la crisis financiera y también aludía al ajuste por el salvataje que se llevó adelante en Grecia.
“Si no se piensa que los organismos de crédito internacionales son una extensión de los bancos, no se entienden las medidas que se están tomando en Europa para salvar a Grecia, endeudando a todos sus habitantes. No se entiende el disciplinamiento al que se está sometiendo a Islandia, o a Irlanda, hasta hace muy poco ejemplo de capitalismos ‘responsables'”, afirmaba Negri.
Sobre la figura del hombre mediatizado explicaba: “Se observa el movimiento de la alienación a la mediatización. Se está dentro del círculo de los medios de comunicación, y también de lo que es la capacidad de construir cooperación dentro de los medios. Pero también se está capturado. Ya no es más la conciencia del individuo alienado, sino de aquel tomado por el juego del poder. Y como la productividad humana está enmascarada en la figura del endeudado, la figura del mediatizado está escondida en la inteligencia humana. El problema no es tener mucha o poca comunicación sino ser libres, que esa aptitud comunicativa nos enriquezca”.
Nacido en Padua, Italia, el 1 agosto de 1933, era hijo de un comunista y una descendiente de fascistas. Su padre murió cuando Negri tenía dos años, mientras que su madre trabajaba como maestra en Poggio Rusco, un municipio del norte de Italia.
En 1950, comenzó a estudiar Filosofía en la Universidad de Padua, en la que muchos años después sería catedrático. Se licenció en 1955 con una tesis sobre el historicismo alemán de Dilthey, Meinecke y Weber, publicada parcialmente en 1959 y gracias a una beca, pudo continuar estudios en la École Normale Supérieure de París, y se graduó con la tesis doctoral Estado y Derecho en el joven Hegel.
Paralelamente, empezaba su trayectoria como militante comunista y en 1960 visitó la Unión Soviética como miembro del Partido Socialista Italiano (PSI), al que se había unido en 1956.
Prisión y exilio
En 1977, Negri fue arrestado junto a otros intelectuales y enviado a prisión, acusado de atentar contra el Estado, por el asesinato del ex primer ministro Aldo Moro y de insurrección armada. Eran años de gran violencia en Italia y si bien fue absuelto de estos cargos, fue acusado de complicidad en un robo en 1974, y lo condenaron a 12 años de prisión.
A los seis años de estar en prisión, el líder del Partido Radical, Marco Pannella, decidió en 1983 incluirlo en sus listas para que fuera diputado del Parlamento, lo que le permitió salir de la cárcel, pero la medida sublevó a la derecha de todo el país.
Ya en libertad, Negri huyó a Francia, donde se pudo beneficiar de la doctrina Mitterrand, por la que el Gobierno galo se negaba a extraditar a miembros de la extrema izquierda italiana refugiados en el país.
En París dio clases en la Universidad de la Sorbona y el Colegio Internacional de Filosofía y trabajó en la Universidad de Vincennes y el Colegio Internacional de Filosofía, junto a Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jacques Derrida o Felix Guattari, con el que escribió “Las verdades nómadas”.
Por su historia reciente en Italia, sufrió un intento de secuestro por parte de los servicios secretos de su país de origen.
Negri volvió a Italia en el verano de 1997 para cumplir la condena que tenía pendiente y terminar con aquella persecución. Ante ese nuevo arresto, se abrió un sitio por internet para promover su liberación y se realizaron actos de repudio en Madrid y otras capitales de Europa. Dos años después, se le concedió la libertad condicional y su sentencia terminó en 2003.
En la web de la editorial Tinta Limón (https://tintalimon.com.ar/libro/historia-de-un-comunista/), el sello argentino que, junto a la editorial Traficantes de Sueños, coeditó dos tomos de su autobiografía de Negri, “Historia de un comunista” y “Cárcel y exilio”, se pueden descargar de manera gratuita estos dos libros.
“Se fue a los 90 años Toni Negri (1933-2023) el buen maestro, el que nos ayudó a pensar y a hacer durante estas últimas largas décadas. Lo leímos, lo estudiamos, lo tradujimos, lo editamos. Compartimos con él muchos momentos y discusiones. En Argentina, marcó a fuego ese proceso de constitución política que se dio forma en torno de las resistencias al neoliberalismo en los ’90 y que estalla en el 2001. La política y la lucha colectiva como creatividad, como subjetividad, como composición”, manifestó la editorial al conocerse la noticia y comunicó que, en el último tiempo, el autor se encontraba escribiendo el tercer tomo de esta autobiografía.
RECUERDAN A TONI NEGRI POR SU CAPACIDAD INTELECTUAL Y COMPROMISO CON LOS PROCESOS REVOLUCIONARIOS
Investigadores, docentes y escritores recordaron al filósofo y activista italiano Toni Negri (1933-2023), tras conocerse la noticia de su muerte, a los 90 años en la ciudad de París, y resaltaron tanto su capacidad intelectual como su compromiso político con los procesos revolucionarios.
“Toni Negri hizo todo lo que había que hacer. Los prejuicios que impidieron a muchos leerlo nunca fueron inocencia (como no hubo inocencia alguna en nuestras lecturas). Despedimos a un gran comunista”, escribió en su muro de Facebook el investigador, escritor y filósofo Diego Sztulwark.
En esa red social, lo despidió también la filósofa, politóloga e investigadora Verónica Gago quien lo describió como “un maestro excepcional, un amigo apasionado, una energía vital dedicada a la revolución”.
“No siempre se tiene el lujo de compartir años con las personas que leemos, cuyas biografías nos conmueven. Quiero recordar ahora esa fuerza política que emanaba de Toni, que construía vínculos, que contagiaba un deseo de ser parte de algo en común, cuya pluma combina rigor filosófico con una capacidad de hacer experimentar esa potencia spinoziana que lo habitaba”, señaló la autora de “La razón neoliberal”.
En ese sentido, destacó “su risa frente a las querellas que no estaban a la altura” y rememoró “una especie de enojo al preguntar sobre lo que no entendía del todo”. “Recuerdo la dedicación apasionada a cada intervención oral, especialmente en los lugares que le importaban (los espacios políticos). Recuerdo la escucha curiosa, siempre, a lxs más jóvenes. La pura inmanencia: una vida. Ese es su legado alegre y también la tristeza inconmensurable de su partida”, finalizó.
Maristella Svampa, socióloga, escritora e investigadora, lo definió como “un grande del pensamiento critico y emancipatorio”, subrayó que fue leído “con pasión y fervor desde Argentina en los años piqueteros (2000-2006)” y que “era súper potente conversar con él”.
En Facebook, también lo recordó el filósofo y escritor argentino Diego Tatián, con un texto en el que aseveró que “pocos libros de un filósofo sobre otro han dejado una marca tan honda y perdurable como “La anomalía salvaje”, que escribió durante su reclusión en la cárcel de Rebibbia. Sin tiempo para denostaciones o lamentos, simplemente ocupó los años de prisión en escribir un libro revolucionario que desde hace cuarenta años está en el centro de los debates spinozistas”.
El autor de “Lecturas imaginarias” citó el viaje de Negri a Córdoba en 2012 cuando fue a participar de un coloquio y “escuchó con humildad activa todas y cada una de las intervenciones, aunque hubiera sido la de un estudiante que iba por primera vez a un encuentro como ese”.
“Recuerdo haberle oído en esos días la inversión de la célebre frase gramsciana: “el spinozismo -dijo- es optimismo de la inteligencia y pesimismo de la voluntad”. Su sola manera de estar trasuntaba una ética de la discusión: enseñaba que la crítica podía estar siempre acompañada de gentileza, y a no abandonar posiciones sin perder el gusto por la conjetura. También a no cansarse nunca por la adversidad de las cosas, sino más bien tomarla como material de pensamiento y de trabajo”, remarcó.
Tinta Limón Ediciones, una de las editoriales que lo publicó en Argentina, lo ponderó como “el buen maestro”, que los ayudó a pensar y a hacer durante estas últimas largas décadas: “Lo leímos, lo estudiamos, lo tradujimos, lo editamos. Compartimos con él muchos momentos y discusiones. En Argentina, marcó a fuego ese proceso de constitución política que se dio forma en torno de las resistencias al neoliberalismo en los ’90 y que estalla en el 2001”, puntualizaron.
“La política y la lucha colectiva como creatividad, como subjetividad, como composición. Nos queda su obra, y sus amigxs que son nuestros amigxs: ambxs serán imprescindibles para transitar el momento de crisis tan brutal y de necesaria reconstrucción política como el que transitaremos los próximos años”, resaltaron.
En tanto, en su cuenta de X (exTwitter), el escritor y periodista Martín Caparrós recordó que lo entrevistó en 1985 cuando Negri estaba exiliado en París: “Él me dijo que ningún gran diario europeo querría publicarlo; yo le dije que no fuera paranoico. Ningún diario europeo quiso publicarlo: estaba cancelado. Fue un gran intelectual de izquierda; le costó mucho volver del ostracismo”, manifestó.
Filósofo y activista italiano, Negri es considerado uno de los principales referentes del movimiento antiglobalización, y entre sus obras se destacan “Spinoza subversivo” e “Imperio”.
Fuente: Telam