Orientación vocacional en crisis: el quiebre entre el secundario y la universidad

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Esta semana se llevó a cabo en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) la muestra de carreras. Sobre algunos testimonios recogidos, una alumna que cursaba quinto año del secundario contaba: “Computación y astronomía me gusta. En mi escuela hay informática y me gusta. Todos me dicen que es la carrera del futuro. Esta carrera no podría estudiarla en otro lado”. Otro joven de sexto año contó: “Recorrí el stand de Famaf y de Ciencias Exactas. Estoy entre ambas, no sé cuál elegir. Que la universidad sea gratuita me parece genial porque no podría estudiar; no me daría la situación económica”. En el mes de diciembre podrán inscribirse todos los estudiantes que quieran anotarse en alguna carrera universitaria.

Según el último anuario estadístico de la UNC, el 93,2% de los aspirantes al ingreso universitario tenían el secundario completo; sólo el 5,3% debían materias. El 74,5% era la primera vez que aplicaban al ingreso y cuando les consultaron cómo habían elegido la carrera respondieron: a partir de experiencias de la vida cotidiana, les iba bien en materias relacionadas, charlas con personas que cursaban esa carrera, actividades realizadas con el colegio y profesores, resultados de test de orientación vocacional, trabajaba en tareas a fines, por la muestra de carreras y si en la familia había egresados de esa carrera.

La desigualdad educativa marca el rumbo: ¿trabajar ya o estudiar?

Viviana Salomón es psicopedagoga y trabaja como orientadora vocacional. En una entrevista con La Nueva Mañana explicó: “En el contexto económico actual es aún más difícil. Observo una gran dificultad para poder elegir, están con muchas dudas. No es lo mismo los que cuentan con mejores condiciones económicas que los que no. La desigualdad educativa propuesta en Córdoba marca un rumbo en cuanto a la elección. Hay muchos que necesitan urgentemente insertarse en el mundo laboral y otros que piensan que la educación los pondría en una mejor posición cultural”.

“El paso del secundario a la universidad suele ser un momento de crisis”

Hay un abismo entre el fin del secundario y el inicio de la universidad. La realidad es mucho más distante en barrios más alejados de la ciudad para escuelas públicas. Las escuelas de gestión privada cuentan con mayor acompañamiento tanto económico como familiar. 

Otro punto a tener en cuenta es la preparación académica con la que dejan el secundario y la que les exige la universidad. “No podemos ofrecer algo que para el otro es un mundo totalmente diferente. Hay que prestar atención de cómo ellos perciben las propuestas, si éstas se acercan al mundo de vida y si tienen en cuenta cómo están preparados”, dijo la psicopedagoga. 

La mayoría de los estudiantes de quinto y sexto año ven a la universidad como algo inalcanzable y sienten que les falta capacidad para llevar a cabo un cursado. El mundo universitario en muchos casos asusta y confunde. Este mundo y el laboral son completamente desconocidos para este sector. Es por eso que el acompañamiento desde la escuela y dentro del círculo cercano, es fundamental. Matías Lingua, secretario de Bienestar Universitario y Modernización de la Universidad Nacional de Córdoba, manifestó: “El paso del secundario a la universidad suele ser un momento de crisis, más allá de que tengas resuelto dónde cursar. Es un cambio muy grande fundamentalmente porque hasta ese momento las decisiones de orientación están muy ligadas a lo que te muestran tus familiares”.

“Por el alto nivel de frustración vivido en estas situaciones nuevas, piensan que es mejor renunciar que enfrentarlo. Muchos acuden al mundo conocido u otros se excusan en el año “sabático”. Ahí hay un factor a prestar atención”, agregó. 

Miedo al futuro

Valentina Molina tiene 17 años. Está en sexto año de una escuela de la ciudad de Córdoba. Asistió esta semana junto a sus compañeros de curso a la muestra de carreras de la UNC. En diálogo con este medio contó: “No sé todavía qué voy a estudiar. Siento muchos nervios, ansiedad, pero sobretodo miedo porque temo no encontrar lo que me guste. Le tengo miedo al futuro. En mi escuela hicimos encuestas y fuimos a conocer facultades. La UNC me parece que está muy buena porque hay de todo para elegir y está al alcance porque es gratuita. No me siento para nada preparada para estudiar una carrera universitaria, me veo chica y en sexto nos divertimos mucho, entonces no quiero pensar en lo que va a pasar el año que viene”.

La cátedra de formación para la vida y el trabajo ofrece un espacio para profundizar sobre estas cuestiones en los dos últimos años del secundario. Los jóvenes tienen la posibilidad de buscar, preguntar, conocer y preguntar. Desde la Universidad Nacional de Córdoba realizan acompañamiento con talleres específicos de orientación vocacional durante todo el año. “Hay un primer nivel informativo donde se muestran cuáles son las carreras vigentes, la salida laboral, el perfil profesional, la cantidad de años, etc. Luego según las necesidades se realizan talleres particulares en grupo o con entrevistas personales”, explicó Lingua. 

Fuente: La Nueva Mañana

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