El Río Pinto: un verdadero oasis en el corazón del Valle de Punilla

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En la edición de la semana pasada, los invité a recorrer el paraje Cuchi Corral, uno de los rincones más bellos del valle de Punilla. Este destino cuenta con un imponente mirador desde el cual se lanzan especialistas en aerodeportes como parapente y ala delta.

Todo un espectáculo que le da un plus al gran paisaje que se observa desde el precipicio. Justamente, ese lugar que se ve desde arriba es de lo que les voy a contar en esta nota.

Se trata del valle del Río Pinto, un destino que se encuentra a unos 16 kilómetros de La Cumbre, tomando el camino de ripio que sale hacia la izquierda (yendo desde Córdoba capital) en la rotonda, justo al frente del acceso a la ciudad.

Luego de ingresar por ese camino, son varios kilómetros hasta llegar a una bifurcación que va hacia el mirador de Cuchi Corral y otra calle que continúa hacia el valle del Río Pinto.
Conviene ir con tiempo para visitar los dos lugares: pasar un rato mirando el despegue de los que practican vuelo libre y por qué no, contactarse previamente con alguno de los prestadores y animarse a hacer un vuelo de bautismo.

Rumbo al río

Los kilómetros que hay que recorrer desde allí hasta llegar al vado del río, son una aventura serpenteante inmersa en las sierras.

Se debe tener en cuenta que el camino no está en muy buen estado, sobre todo en algunas partes, y que si se sabe que llovió unos días antes de ir, mejor no hacerlo, porque seguramente habrá muchas piedras expuestas.
En mi caso, lo hice un día de la temporada de invierno, por lo que no habían caído lluvias desde hace bastante y aun así algunos tramos costaron un poco de transitar.

El paisaje compensa esto porque hay un bosque tupido donde sobresalen los grupos de quebrachos colorados que tiñen el paisaje de esa tonalidad. Da mucha satisfacción ver que el monte nativo se conserva, al menos en esta zona. 

Este trayecto es el que se realiza en el famoso Desafío del Río Pinto, que es una carrera de ciclismo de montaña, producida y coordinada por el Club Amigos del Deporte, desde el año 1996. Cada año, miles de ciclistas de todo el país se congregan para desafiar sus propios límites y compartir junto a otros amantes de este deporte. Sin dudas, hacer este tramo en bici debe ser una experiencia alucinante porque se puede tener una vista privilegiada y directa de la naturaleza que rodea el valle.

Antes de llegar al vado del río, vale la pena detenerse en algunos de los cursos de agua que atraviesan la calle. En ciertos sectores se forman cascadas y hay amplias sombras de árboles centenarios. También hay algunos senderos que llevan a pequeños oasis que invitan a quedarse contemplando el paisaje.

El Río Pinto en todo su esplendor

Al llegar al río, lo primero que se ve es la única proveeduría y restaurante a un costado y el estacionamiento arancelado, del lado del frente. Está gestionado por una familia de la zona y en temporada alta, en el restaurante preparan carnes y todo tipo de comidas en su horno de barro y a las llamas.

Al caminar unos pocos metros ya se puede estar en el río, que tiene buen caudal para esta época del año. Sus aguas son cristalinas y en sus márgenes hay grandes extensiones de césped, ideales para armar el picnic. Cruzándolo, hay una parte con un paredón de piedras que le da todo un encanto especial.

Hacia el lado izquierdo del vado hay un sector de muchas piedras de un blanco que resplandece con los rayos del sol, y que permiten cruzar el río para aprovechar la sombra del otro lado.

Rodeado de montañas este río me pareció uno de los más lindos de la provincia. No solo por el paisaje, sino porque al no tener ningún poblado cerca se ve transparente y sin contaminación.

Más allá del río

Cruzando el vado y haciendo unos kilómetros más, se puede llegar a visitar la histórica Iglesia de Pinto, el Colegio rural 25 de Mayo, y la unión de este río con el San Gregorio y el nacimiento del Río Quilpo.

Es que el Pinto, junto al San Gregorio, son afluentes del Quilpo, otro de los ríos maravillosos de la provincia que pasa por la zona de San Marcos Sierras, en el área de los campings. 

Sin dudas, vale la pena hacer este camino para pasar un día disfrutando de las aguas del Río Pinto, y seguir sorprendiéndose con los bellos lugares que tiene nuestra Córdoba. 

Fuente: La Nueva Mañana

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