No debe haber personaje más casta que un Daniel Scioli, capaz de ser funcionario de cualquier gobierno, sea del color que sea. Lo principal: seguir como funcionario del Estado hace ya 30 años.
Ahora, como parte del gobierno de Javier Milei, se sumó a la ola de despidos en el sector público nacional y echó a 54 empleados de la Subsecretaria de Deportes. Además, firmó recortes sobre el Cenard y a los deportistas. Quien lo segundea en el ajuste es el macrista Julio Garro.
Sin embargo, y sin ponerse nervioso, Scioli se defendió de las críticas: “Mi manera de concebir la vida y de la política siempre es desde una actitud constructiva, y con ganas de colaborar de mi experiencia. A eso se sumó la convocatoria amplia de Milei para todos los que se quisieran sumar a esta nueva etapa de cambio de la Argentina”, mintió. De hecho, Milei insulta a los opositores casi a diario. Pero a Scioli no le importa nada. Mientras su cargo esté asegurado.