Al principio uno cree que no puede ser, que debe haber algún error, que la denuncia es tan burda que nadie la va a creer. Pero les funciona, tiran varias hipótesis random y muchos terminan picando el anzuelo para subirse a dar una vuelta por el odio antiperonisa que tanto les gusta destilar.
Así ponen en duda todo, desde el horario de la cesárea, la lactancia de Fabiola Yañez, el tamaño del bebé, la sujeción de una mamadera, si una se puede agachar o no en esa situación, y todo lo que a uno se le ocurra para generar ruido en el lugar donde debía haber respetuoso silencio, como es el nacimiento de un hijo.
Por supuesto, hubo muchos que respondieron a los delirios de la turba macrista virtual, azuzada por los trolls, que lanza misiles en forma de memes con fuego a granel.
Fuente : Diario Registrado
